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Economía Circular: una alternativa frente al cambio climático y la recesión económica (*)

El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la acumulación de residuos constituyen un grave problema para la preservación de nuestros recursos naturales y el planeta, en general. Frente a esta problemática, la economía circular se presenta como una alternativa viable y cuya implementación es cada día más urgente.

Durante siglos, las revoluciones industriales en el mundo devinieron en un modelo económico “lineal”; es decir, un modelo de producción que inevitablemente terminaba con los desechos de los activos generados. Este modelo es considerado “responsable en gran medida del cambio climático y el agotamiento de los recursos”.

El día 28 de julio marcó el “Día de la Sobrecapacidad de la Tierra”, el punto en el que la humanidad ya ha consumido todos los recursos que el planeta es capaz de regenerar en un año, excediendo en un 74% la capacidad de los ecosistemas. Vivimos como si tuviésemos casi dos planetas Tierra a nuestra disposición. El Día de la Sobrecapacidad nos recuerda que el modelo actual de producción y consumo es una de las principales causas de la crisis climática y la destrucción de la naturaleza. Por eso, urge identificar sus falencias y migrar, cuanto antes, a un modelo económico circular que propone extender los ciclos de vida útil de los productos, componentes y materiales y evitar la generación de desechos por medio del reingreso de recursos al ciclo productivo.

La economía circular puede aplicarse en prácticamente cualquier rubro. Desde el rubro de la edificación, movilidad, textil, agricultura y producción alimentaria. Una empresa fabricante puede acoplarse a los principios de la economía circular si, en primer lugar, produce artículos de larga duración. Además, si los fabrica de modo que, al terminar su vida útil, dichos artículos sean recabados nuevamente a una planta de producción para servir como insumo en la elaboración de los nuevos equipos. La sostenibilidad y la circularidad de un producto no se definen en la fase de desarrollo sino en su fase embrionaria: el diseño.

Se señala también que el actual sistema de producción de alimentos genera una “considerable” huella ecológica. En total, más de la mitad de la biocapacidad del planeta (55%) se utiliza para alimentar a la humanidad. La agricultura contribuye a la deforestación, al cambio climático mediante la emisión de gases de efecto invernadero, a la pérdida de biodiversidad y a la degradación de los ecosistemas.

Pero la economía circular también puede aplicarse en los sectores primarios. Por ejemplo, la cadena lineal de producción del cacao (famosa por la obtención de un producto estrella: los chocolates) solo aprovecha el 20% del fruto cosechado. El otro 80% son residuos naturales de cacao que no son tomados en cuenta por la mayoría de productores.

(*) Artículo publicado en la Agenda Amazonía 2023. Mes de enero.