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Violencia familiar

Entrevista a Nadia Liz Jara, Centro de Emergencia Mujer Pucallpa.

La violencia hace daño físico, psicológico y sexual a la víctima. Agrede porque se da contra la voluntad de la mujer, porque si ella no decide eso, es quebrantar la ley, los derechos de la mujer, el respeto a su integridad.

Si una persona te agrede, te da patadas, te jala o te insulta eso es agresión. Pero a veces la mujer no lo asume así, dice solo “me grita”. Eso es violencia psicológica, no marca nuestro cuerpo pero si nuestra alma. Si no recibes terapia psicológica quedará para siempre; si un niño se queda con marcas eso lo revive cuando es adulto, eso se queda marcado para siempre. Si un niño crece en un ambiente de golpes, insultos, ese niño crece con ese modelo de familia; dicen mi papá y mamá se quieren de esa manera y cuando va a formar su hogar será una copia fiel de esa situación.

La violencia tiene un ciclo. Primero se presenta la tensión, la cólera, la ira por un determinado problema. Luego viene la etapa de la explosión donde la persona insulta, “gorda”, “negra”, la autoestima la baja al suelo. Después de la discusión viene el hombre que pega, golpea, abusa sexualmente, pero la mujer dice que él puede porque es su marido. Muchas mujeres han ido a denunciar y luego vuelven con él, no reciben terapia psicológica y así no va a cambiar el marido, durante un mes aparentemente cambia pero después vuelve con más fuerza, luego viene con más golpes.

Las mujeres que pasan por esta situación deben tomar la decisión de dejar a esa persona. Si una vez lo hizo, sucederá más, quizás luego sea un golpe, dos, luego un intento de asesinato. Si no se denuncia nunca se va a poner un límite al agresor, si te hace daño no debe acercarse a la persona, hay que denunciarlo para que no pueda hacer esto con otras mujeres.

Como víctimas las mujeres debemos cortar esa situación, hacer valer nuestros derechos. Uno como mujer puede salir adelante, que se pregunte si vivir con violencia es felicidad. La felicidad es cuando te quieres, te amas, te tratas con respeto, que te digan “estas hermosa, bella”. Lo emocional se cultiva.

Para no violentar a los hijos hay que crear un ambiente de confianza, que no exista conflicto, no usar una correa. Si tus hijos se portan mal conversa con ellos, habla, amístate, mucho se pierde la parte afectiva con los hijos. Los padres llegan a la casa, ven televisión, comen, hacen la tarea, pero ¿acaso hay un abrazo al hijo? No se da ese aspecto, debemos recordar que lo tuvimos en la barriga, hay muchas madres que le pegan con la correa, ellos no te pidieron venir al mundo, respira, enséñale que eso no se hace, tienes que tener paciencia.

En la Mesa contra la Violencia Familiar y Sexual son varias instituciones que apuestan por un cambio positivo para la población. Por ejemplo, el 25 de noviembre, día de la no violencia contra la mujer, realizamos acciones de promoción, se lleva el mensaje preventivo a la población en diferentes lenguas, hacemos también pasacalles, talleres y a través de las ordenanzas queremos que se impulsen esas actividades. Prevenir es un trabajo de todos y todas, para disminuir y cambiar una actitud de la población.